miércoles, 15 de septiembre de 2010

El verdadero amor...

Un famoso maestro  se encontró frente a un grupo de  jóvenes que estaban en contra del matrimonio.

Los muchachos argumentaban que el romanticismo  constituye el verdadero sustento de las  parejas y que es preferible acabar con  la relación cuando este se apaga, en  lugar de entrar a la hueca monotonía  del matrimonio.

El maestro  les dijo que respetaba su opinión, pero  les relató lo siguiente:

"Mis padres vivieron 55 años casados” Una mañana mi mamá bajaba las escaleras para prepararle a papá el desayuno y sufrió un infarto. Cayó.
Mi padre  la alcanzó, la levantó como pudo y  casi a rastras la subió a la camioneta. 

A  toda velocidad, rebasando,  sin respetar los altos,  condujo hasta el hospital.  Cuando llegó, por desgracia,  ya había fallecido.

Durante  el sepelio, mi padre  no habló, su mirada  estaba perdida.

Casi  no lloró. Esa noche  sus hijos nos reunimos  con él.

En  un ambiente de dolor  y nostalgia recordamos  hermosas anécdotas.

El  pidió a mi hermano  teólogo que le dijera  donde estaría mamá  en ese momento. 

Mi  hermano comenzó a hablar  de la vida después  de la muerte, conjeturó  cómo y donde estaría  ella.

Mi  padre escuchaba con  gran atención.
De pronto pidió: "llévenme al cementerio".

Papá  -respondimos-, ¡Son las  11 de la noche,  no podemos ir al  cementerio ahora!. Alzó  la voz y con una  mirada vidriosa dijo:

"No  discutan conmigo por  favor, no discutan con  el hombre que acaba  de perder a la  que fue su esposa  por 55 años".

Se  produjo un momento de respetuoso silencio.  No discutimos más.

Fuimos  al cementerio, pedimos permiso al velador,  con una linterna llegamos a la lápida.

Mi  padre la acarició, lloró y nos dijo  a sus hijos que veíamos la escena  conmovidos: “Fueron 55 buenos años... saben”

“Nadie puede hablar del amor verdadero, si no tiene idea de lo que es compartir la vida con una mujer así”.

Hizo una  pausa y se limpió la cara.
"Ella y yo estuvimos juntos en aquella crisis por cambio de empleo, hicimos el equipaje cuando vendimos la casa y nos mudamos de ciudad, compartimos la alegría de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lado del otro la partida de seres queridos, rezamos juntos en la sala de espera de algunos hospitales, nos apoyamos en el dolor, nos abrazamos en cada Navidad, y perdonamos nuestros errores...

Hijos,  ahora se ha ido  y estoy contento, ¿Saben  por qué?, porque se  fue antes que yo,  no tuvo que vivir  la agonía y el  dolor de enterrarme,  de quedarse sola después  de mi partida. Seré  yo quien pase por  eso, y le doy gracias  a Dios. 
La amo tanto que no me hubiera gustado que sufriera... "Cuando mi padre terminó de hablar, mis hermanos y yo teníamos el rostro empapado de lágrimas.

Lo  abrazamos y él nos  consoló: "Todo está  bien hijos, podemos  irnos a casa; ha  sido un buen día".

Esa  noche entendí lo que  es el verdadero amor.

Dista  mucho del romanticismo,  no tiene que ver  demasiado con el erotismo,  más bien se vincula  al trabajo y al  cuidado que se profesan  dos personas realmente  comprometidas.

Cuando el  maestro terminó de hablar, los jóvenes  universitarios no pudieron debatirle, ese tipo  de amor era algo que no conocían.


Reflexión:

Para saber el valor de un semestre: Pregúntale a un estudiante que reprobó el examen final.

Para saber el valor de un mes: Pregúntale  a una madre que ha dado a luz  prematuramente.

Para saber  el valor de una semana: Pregúntale a  un editor de la revista semanal.

Para saber  el valor de una hora: Pregúntale a los amantes que esperan para verse.

Para saber  el valor de un minuto: Pregúntale a la persona que perdió el tren, el autobús o el avión.

Para saber  el valor de un segundo: Pregúntale a quien haya sobrevivido de un accidente.

Para saber  el valor de una milésima de segundo: Pregúntale  al atleta que ganó una medalla de  plata en las Olimpiadas.

El tiempo no espera a nadie. Atesora cada momento que tienes.
Lo atesorarás mucho más si lo compartes con alguien especial.


No guardes este mensaje. Solo pásalo a los que quieras desearle buena suerte.

Gracias por  su amistad...


Gracias Mi


.

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